jueves, 15 de marzo de 2012

Historia y fundamentacion de nuestro proyecto



Nuestros comienzos se remontan a julio 2010, en la ciudad de La Plata, cuando llevadas por la urgencia (en tanto es algo que surge y urge) de trabajar en el campo de las problemáticas subjetivas y con varias preguntas respecto de cómo queríamos hacerlo, empezamos a reunirnos. Fuimos tomando posicionamiento frente a la oferta laboral y a las diferentes elecciones particulares y fuimos encontrando el deseo común de unirnos en la fuerza de la creación colectiva; sabiendo que no nos juntamos para tener respuestas en principio, sino abrir preguntas. Transitamos la idea de que nuestra búsqueda no era simplemente de un empleo en particular, sino de la conformación de un trabajo, y lo que esto implica. Es decir un lugar de referencia con coordenadas y una lógica de funcionamiento que pudiéramos elegir; esto abrió la puerta a delimitar como organizarnos, porque si no queríamos lineamientos de un patrón, había que determinar nuestros propios límites, nuestro propio marco. Pensamos la necesidad de transitar nuestros trabajos causadas por nuestros plenos deseos y libertades que nos permitiera ir creciendo y creyendo en un mundo menos miserable aunque, hasta hoy, irremediablemente capitalista. En principio descubrimos que juntándonos a pensar estábamos trazando ese camino y cambio libertario que soñamos. Por eso seguimos apostando a nuestro colectivo a lo largo de un año y medio y al cual llamamos TRAMA. Nos organizamos pensando que la conexión de ideas divergentes produce ideas mejores y superiores a las ideas individuales. 

Estamos poco a poco, ganando el sentido de cómo queremos trabajar, nos apropiarnos de la palabra trabajar y le otorgamos el sentido que queremos desde nuestra práctica. TRAMA pretende ser un modo de intervención social, apuntando a generar efectos de libertad a través de prácticas que posibiliten movimientos de apertura hacia la autonomía y la creación, a partir de la humanización de los lazos.
El 25 de enero de 2012 nos conformamos legalmente como cooperativa de trabajo. Tenemos por objeto asumir el abordaje integral de las personas y de las comunidades en el campo de las problemáticas subjetivas, integrando el campo del arte, del pensamiento y de las ciencias en general, cuyo principal objetivo es la desmanicomialización cultural a partir de diferentes prácticas que son múltiples y diversas en relación a la complejidad inherente a dichos campos: La asistencia ambulatoria y en consultorios externos. Atención psicológica a niños, adolescentes, adultos, adultos mayores, familias y parejas; de manera individual y/o grupal. Intervenciones comunitarias. Acompañamiento terapéutico y externación. Orientación vocacional. Organización integral de talleres y encuentros con objetivos de fortalecimiento barrial y comunitario, terapéuticos, de promoción y difusión de prevención primaria, secundaria y terciaria de la salud, recreativos, artísticos, cooperativos y de formación. Asesoramiento a instituciones, análisis institucional y Psicología laboral. Supervisión, investigación y docencia. Consultoría y asesoramiento integral a medios de comunicación. Consultoría y asesoramiento jurídico integral. Dictado de talleres, seminarios y clases en las diferentes prácticas artísticas como pintura, danza – teatro, literatura, música, escultura, audiovisuales y arte culinario.

Las personas que lleguen a Trama con una demanda clínica, jurídica o de algunos de nuestros talleres, se encuentra con un lugar que pude ser en sí mismo un espacio de “contención,” de encuentro con otros, que están construyendo y participando en un cambio social. Cada situación se abordara teniendo en cuenta su singularidad, a partir de la cual se elaborará un plan de trabajo en el que interactuarán las diversas miradas.

Este es el camino que construimos con TRAMA para que nuestros lazos sean menos pasivos e indolentes, que la salud sea un compromiso social que amplíe su sentido, y no un negocio de pocos, y que los vínculos se enriquezcan en favor de inventar otra realidad en detrimento a la que nos enchufan. Es decir, procuramos la función social del pensamiento, la función social del arte y nuestra función social, como trabajadores, en la creación de dispositivos con lógicas alternativas a las manicomiales. Nos sostiene el lugar que hemos fundado entre nosotras y en cada una, que es un lugar que nos garantiza el debate, la construcción y el trabajo en su dimensión transformadora, de producción y no de mera reproducción, donde se privilegian los lazos cooperativos, caracterizados por el esfuerzo propio y ayuda mutua, la solidaridad, la equidad y la libertad, en el marco de una expansión de redes cooperativas, una trama que haga sostén simbólico a una participación real.

Nos sumamos a la ola del movimiento cooperativista, a sus principios ideológicos, con la convicción de que la autogestión, el trabajo colectivo y el pensamiento crítico, posibilitan modos de vida y de trabajo sustentados en el deseo y la libertad, como forma de hacer fuerza a la maneras estragantes de los modos de producción hegemónicos que, a través de la cosificación y del individualismo, generan deshumanización.
Por todo esto y como dice Alfredo Grande “la cooperativa no es solamente una alternativa organizativa: es una nueva forma de instituirse, es decir, de procesar el malestar y bienestar en la cultura, instituir la cultura deseante.”

Hacia la desmanicomialización cultural...

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